Lo que no sabían en el Hospital Universitario es que el solitario paciente, sobre quien se pensaba que estaba en extrema pobreza, posee la suma de 24 millones de pesos ahorrados, representados en tres cdt's. Según la coordinadora del área de trabajo social del centro hospitalario, Ana Josefina Támara, funcionarios de una entidad bancaria visitaron a Erdulfo Aguilar para renovarle uno de los 3 cdt’s, cuyo valor es de 8 millones de pesos. Cuando le explicaron al funcionario la situación del "pobre viejecito"; decidieron averiguar con otras entidades bancarias y dos de ellas confirmaron que tiene a su nombre otros dos títulos valores por 5 y 11 millones de pesos, respectivamente. En total el señor, a quien hasta ahora no le ha aparecido familia, tiene 24 millones de pesos. TRISTE HISTORIA Erdulfo ingresó al centro hospitalario el 3 de noviembre del 2007 con una fractura de cadera cuando lo atropelló un vehículo “fantasma”. Tras haber sido atendido se recuperó y le dieron de alta el 9 de noviembre del año pasado, pero ningún familiar se ha hecho presente en el Hospital para llevárselo. El afectado se dedicaba a la chatarrería, labor que realizaba diariamente en los alrededores de la antigua Plaza de Mercado de Sincelejo. Las enfermeras encargadas de su manutención aseguraron que en una ocasión intentaron llevarlo de vuelta a su lugar de residencia, una pieza ubicada en cercanías al Instituto del Riñón, en el sector de Las Angustias, pero los vecinos no permitieron que lo dejaran en la habitación o pieza, argumentando que allí iba a “pasar trabajo” porque nadie se encargaba de él. “Incluso nadie entregó las llaves del lugar para evitar que lo dejaran allí”, manifestaron las enfermeras del hospital. “Tiene 6 meses de estar aquí. Hay que atenderlo como un niño pequeño. Le damos la comida cuando no quiere comer, hay que bañarlo y hacerle aseo. Se ha llevado al lugar donde dicen que vive pero no lo reciben porque allá no tiene quien lo atienda. Lo más difícil es cuando se retira los pañales porque se defeca y juega con las heces y tenemos que limpiarlo”, manifestó Marly Solar, enfermera encargada. Según Erdulfo Aguilar Ramírez llegó del interior del país hace aproximadamente 10 años. Nunca se ha casado ni ha tenido descendencia. En esta capital tampoco conoció mujer alguna quien lo acompañe en esta etapa de su vida. Mientras en el Hospital están a la espera de que algún familiar, allegado o amigo se encargue del paciente, Erdulfo Aguilar dice estar tan acostumbrado al trato de las enfermeras hasta el punto de pensar que ese es su hogar. Ahora el anciano, quien no puede valerse por sí mismo, deberá decidir que hacer con la millonaria suma que tiene a su favor, si su lucidez se lo permite.
Autor: EDGARDO TÁMARA DE LA OSSA, EL UNIVERSAL - SINCELEJO
Fuente: www.eluniversal.com.co-2008-06-13"/>
Lo que no sabían en el Hospital Universitario es que el solitario paciente, sobre quien se pensaba que estaba en extrema pobreza, posee la suma de 24 millones de pesos ahorrados, representados en tres cdt's. Según la coordinadora del área de trabajo social del centro hospitalario, Ana Josefina Támara, funcionarios de una entidad bancaria visitaron a Erdulfo Aguilar para renovarle uno de los 3 cdt’s, cuyo valor es de 8 millones de pesos. Cuando le explicaron al funcionario la situación del "pobre viejecito"; decidieron averiguar con otras entidades bancarias y dos de ellas confirmaron que tiene a su nombre otros dos títulos valores por 5 y 11 millones de pesos, respectivamente. En total el señor, a quien hasta ahora no le ha aparecido familia, tiene 24 millones de pesos. TRISTE HISTORIA Erdulfo ingresó al centro hospitalario el 3 de noviembre del 2007 con una fractura de cadera cuando lo atropelló un vehículo “fantasma”. Tras haber sido atendido se recuperó y le dieron de alta el 9 de noviembre del año pasado, pero ningún familiar se ha hecho presente en el Hospital para llevárselo. El afectado se dedicaba a la chatarrería, labor que realizaba diariamente en los alrededores de la antigua Plaza de Mercado de Sincelejo. Las enfermeras encargadas de su manutención aseguraron que en una ocasión intentaron llevarlo de vuelta a su lugar de residencia, una pieza ubicada en cercanías al Instituto del Riñón, en el sector de Las Angustias, pero los vecinos no permitieron que lo dejaran en la habitación o pieza, argumentando que allí iba a “pasar trabajo” porque nadie se encargaba de él. “Incluso nadie entregó las llaves del lugar para evitar que lo dejaran allí”, manifestaron las enfermeras del hospital. “Tiene 6 meses de estar aquí. Hay que atenderlo como un niño pequeño. Le damos la comida cuando no quiere comer, hay que bañarlo y hacerle aseo. Se ha llevado al lugar donde dicen que vive pero no lo reciben porque allá no tiene quien lo atienda. Lo más difícil es cuando se retira los pañales porque se defeca y juega con las heces y tenemos que limpiarlo”, manifestó Marly Solar, enfermera encargada. Según Erdulfo Aguilar Ramírez llegó del interior del país hace aproximadamente 10 años. Nunca se ha casado ni ha tenido descendencia. En esta capital tampoco conoció mujer alguna quien lo acompañe en esta etapa de su vida. Mientras en el Hospital están a la espera de que algún familiar, allegado o amigo se encargue del paciente, Erdulfo Aguilar dice estar tan acostumbrado al trato de las enfermeras hasta el punto de pensar que ese es su hogar. Ahora el anciano, quien no puede valerse por sí mismo, deberá decidir que hacer con la millonaria suma que tiene a su favor, si su lucidez se lo permite.
Autor: EDGARDO TÁMARA DE LA OSSA, EL UNIVERSAL - SINCELEJO
Fuente: www.eluniversal.com.co "/>
Lo que no sabían en el Hospital Universitario es que el solitario paciente, sobre quien se pensaba que estaba en extrema pobreza, posee la suma de 24 millones de pesos ahorrados, representados en tres cdt's. Según la coordinadora del área de trabajo social del centro hospitalario, Ana Josefina Támara, funcionarios de una entidad bancaria visitaron a Erdulfo Aguilar para renovarle uno de los 3 cdt’s, cuyo valor es de 8 millones de pesos. Cuando le explicaron al funcionario la situación del "pobre viejecito"; decidieron averiguar con otras entidades bancarias y dos de ellas confirmaron que tiene a su nombre otros dos títulos valores por 5 y 11 millones de pesos, respectivamente. En total el señor, a quien hasta ahora no le ha aparecido familia, tiene 24 millones de pesos. TRISTE HISTORIA Erdulfo ingresó al centro hospitalario el 3 de noviembre del 2007 con una fractura de cadera cuando lo atropelló un vehículo “fantasma”. Tras haber sido atendido se recuperó y le dieron de alta el 9 de noviembre del año pasado, pero ningún familiar se ha hecho presente en el Hospital para llevárselo. El afectado se dedicaba a la chatarrería, labor que realizaba diariamente en los alrededores de la antigua Plaza de Mercado de Sincelejo. Las enfermeras encargadas de su manutención aseguraron que en una ocasión intentaron llevarlo de vuelta a su lugar de residencia, una pieza ubicada en cercanías al Instituto del Riñón, en el sector de Las Angustias, pero los vecinos no permitieron que lo dejaran en la habitación o pieza, argumentando que allí iba a “pasar trabajo” porque nadie se encargaba de él. “Incluso nadie entregó las llaves del lugar para evitar que lo dejaran allí”, manifestaron las enfermeras del hospital. “Tiene 6 meses de estar aquí. Hay que atenderlo como un niño pequeño. Le damos la comida cuando no quiere comer, hay que bañarlo y hacerle aseo. Se ha llevado al lugar donde dicen que vive pero no lo reciben porque allá no tiene quien lo atienda. Lo más difícil es cuando se retira los pañales porque se defeca y juega con las heces y tenemos que limpiarlo”, manifestó Marly Solar, enfermera encargada. Según Erdulfo Aguilar Ramírez llegó del interior del país hace aproximadamente 10 años. Nunca se ha casado ni ha tenido descendencia. En esta capital tampoco conoció mujer alguna quien lo acompañe en esta etapa de su vida. Mientras en el Hospital están a la espera de que algún familiar, allegado o amigo se encargue del paciente, Erdulfo Aguilar dice estar tan acostumbrado al trato de las enfermeras hasta el punto de pensar que ese es su hogar. Ahora el anciano, quien no puede valerse por sí mismo, deberá decidir que hacer con la millonaria suma que tiene a su favor, si su lucidez se lo permite.
Autor: EDGARDO TÁMARA DE LA OSSA, EL UNIVERSAL - SINCELEJO
Fuente: www.eluniversal.com.co"/>